miércoles, 30 de julio de 2014

Lila

Ella es Lila, una chica de 25 años, que está esperando en la estación del metro Polanco al tren que arribaría y la llevaría a su casa. Es una chica que le gustaba escuchar Zoé en su iPod cuando está triste, y en este momento trae puestos sus audífonos con el volumen en lo más alto. Y también es una chica en cuya mejilla rueda una lágrima debido a que 30 minutos atrás, su novio la ha dejado por otra, una mujer 10 años más grande que ella, casada y con hijos. Ella pensaba: “Todos los hombres son unos idiotas, unos perros y los odio”. Ella también tiene un cuerpo y cara bonitos, nunca ha dejado de ser observada y acosada por todos los hombres que ha conocido y con cualquiera con el que se ha topado en la calle, por lo que es normal que en su mente pasen pensamientos como los que acaba de pensar.

Enfrente de Lila, en el otro lado de la estación, está Juan Angustias, y sin ser particularmente atractivo, ha robado la atención de Lila, ella lo describe mentalmente pensando: “Es un chico de mi estatura, rapado, con lentes que se consiguió cerca del metro Allende, trae camisa a rayas blancas con azules, pantalón de mezclilla azul marino, que no combinan para nada, botas negras, con una mochila igualmente azul. A  ese chico le gusta el azul. Está parado apoyándose de lado en la pared, se nota que esta triste, tal vez lo esté tanto como yo”. Entonces Juan Angustias, que tenía su mirada puesta en los durmientes de la vías, volteo y la miro a los ojos, apenada y aun triste ella desvió la mirada por un par de segundos. Ella se ha decidido a verlo nuevamente, él ha fijado nuevamente sus ojos en las vías del tren, pero cuando se da cuenta que es observado, corresponde la mirada de Lila con una pequeña sonrisa, con la cual ella reacciona a su vez sonriente. Ambos escuchan el pitido del tren que se acerca,  y él se despide ligeramente con una mano.


Una vez que el tren ha partido, Lila se queda sola en la estación, todavía esperando el arribo del tren que le conducirá a casa, pero ahora no está triste, ahora alguien le ha sonreído.

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